Hasta marzo próximo la Tanya Brillembourg Art Gallery (260 Crandon Boulevart, Suite 38, Key Biscayne.33149) está exhibiendo la exposición “Tiempo Circular” (2022) de los artistas guatemaltecos Antonio Pichillá y Manuel Chavajay, ambos nacidos en 1982 y Tepeu Choc, nacido en 1983 y con la curatoría de Aluna Curatorial Collective.
La muestra de arte indígena proviene de un entorno sociocultural marcado por el acervo ancestral de la cultura Maya, lo que es perceptible tanto en los aspectos poéticos como discursivos de sus respectivas obras. En lo poético porque, por ejemplo, Pichillá toma elementos de las representaciones rituales mayas, con caracteres abstractos y una poética en clave de abstracción geométrica con planos de colores recurrentes de la cultura Maya como el rojo, negro, blanco y amarillo presentes en la obra Fuego (2019) o en Abuela, (2020). De ahí las referencias de los trabajos a los ciclos de cultivos, artesanía de tejidos vegetales, conocimiento de técnicas de producción y objetos que exigían un alto nivel de cálculos matemáticos.
En la obra de Tepeu Choc destaca también la rica tradición de espiritualidad vinculada a la tierra, el cielo y las aguas como epicentro de pensamiento sociocultural. Sus obras reinterpretan la iconografía cultural de sus ancestros para rescatar sus prácticas, dentro de una sociedad ya globalizada. Tepeu Choc, aún coincidiendo con Pichillá en el lenguaje abstracto geométrico en obras como, entre otras, Sección No. 12 (z AMGDT), 2015, o en Radiografía de escultura. N0 11, 217, se expresa de modo más tridimensional, escultórico e instalativo.
En lo discursivo, los tres artistas revisan archivos visuales, psicosociales, históricos y culturales de la cultura Maya para hablar de la realidad actual de Guatemala, teniendo en cuenta su reciente historia marcada por golpes de estado a inicios de la década de 1980 y una guerra civil con saldo de miles de asesinatos y desaparición de civiles.
La de Manuel Chavajay, en cambio, esta más escorada hacia la neo figuración. Sus imágenes sobre el Lago Atitlán, narran elegíacos paisajes en torno al cual se ha desarrollado una comunidad milenaria, que tiene en este acuífero el epicentro de existencia material y espiritual. Obras como Medidor de lluvia, Tromba de lago, o Rallar encima del lago, todas de 2022, dialogan con la biografía personal del artista. En Chavajay, la metáfora es el Lago Atitlán, pulmón de la comunidad desde tiempo ancestrales ahora sometido a la contaminación debido al tráfico mercantil por sus aguas. Ambas metáforas rinden culto al lugar de nacimiento, a la ley de la tierra como espacio simbólico que da sentido y trascendencia de nuestra pertenencia al mundo. (Fuente: Yahoo news, por Dennys Matos crítico de arte, curador y editor. Reside y trabaja en Miami y Sta Cruz de Tenerife. Islas Canarias, España)

Obras de Tepeu Choc (Guatemala, 1983) en sala.
