Manuel di Rita, alias Peeta, artista italiano del mural, se ha caracterizado por su estilo, el que yendo más allá de las dos dimensiones obligadas de las superficies de las paredes, avanza en la creación de una tercera, técnica que ha provocado su reconocimiento a nivel mundial entre los conocedores del arte urbano.
Los murales 3D de Peeta definen un estilo propio, algo que muchos artistas buscan a la hora de crear, aunque no son imágenes sencillas que buscan profundidad en una pared, sino algo más complejo: Peeta crea un juego de ilusión que se complementa con los espacios donde pinta sus murales. Así, las figuras componen una abstracción que mediante sólidos geométricos e irregulares logran sobrepasar las dos dimensiones mediante un extraordinario uso de sombras, luces y colores.
Su proceso creativo para un mural a gran escala puede tardar entre 15 a 20 días. En sus primeros murales, su técnica básica era el aerógrafo para facilitar sombras y luces. Pero con los años, Peeta reemplazó el aerosol con pintura acrílica y rollos. De esta forma ha logrado pintar edificios en todo el mundo, transformando estructuras ordinarias en abstractas formas tridimensionales.
Una vez que el artista termina su acto de magia, los inmuebles parecen convertirse en cuadros retorcidos de un cuento fantástico que lucen más como esculturas gigantes y menos como viviendas comunes.
En su exitosa carrera, Peeta ha pintado sus alucinantes murales, como el que realizó en 2019 en un edificio en Mannheim, Alemania, parte del proyecto Stadt.Wand.Kunst. El artista quedó encantado con el muro “Debido a sus formas y colores. Inmediatamente me di cuenta de que tenía grandes posibilidades de tener una interacción armoniosa con mis pinturas anamórficas superpuestas”, dijo el artista a My Modern Met.
Peeta transformó la superficie pero evitó alterarla o distorsionarla por completo. “Para lograrlo, usar los mismos colores del edificio tuvo un rol muy importante”, señaló el artista, “así como las formas que he elegido: los anillos pueden romper arquitecturas rígidas y afiladas fácilmente sin añadir peso visual a la estructura; en cambio, aligeran [la arquitectura], creando un gran balance en la relación entre sólidos y vacíos, un trampantojo a través de elementos simples”.
Peeta trabaja de forma colaborativa entre varias disciplinas para informar su arte. “El estudio socio-cultural y ambiental del contexto se mezcla con mis estudios técnicos sobre perspectiva y luz y con el cálculo geométrico sobre cualquier superficie involucrada”, señala. Para ello, Peeta fotografía el sitio en el que estará trabajando y utiliza este material de origen para crear bocetos y renders en 3D. “[Las piezas] culminan en mi ejecución artística con pinceles y barnices sobre la propia pared”.
«En mis composiciones pictóricas, escultóricas y murales, las formas geométricas que diseño se comportan en interacción con el entorno que las rodea. En particular, cuando pinto sobre paredes, mi objetivo es crear un diálogo con los parámetros estructurales y culturales del contexto circundante, ya sea arquitectónico o no». Añade que «Metafóricamente, pretendo neutralizar las ideas preconcebidas e instar al surgimiento de nuevas perspectivas. El anamorfismo encarna totalmente la intención, siempre fundamental en mi producción, de revelar el engaño de la percepción humana», concluye..


