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El Nuevo Herald informó que la ciudad de Miami Beach no violó los derechos de libertad de expresión cuando retiró el retrato de un afroamericano ultimado por la Policía de una exposición de una galería financiada con fondos públicos, según un falló de una jueza federal en una demanda presentada por un grupo de artistas.

La nota indica que los artistas, que ayudaron a organizar una feria de arte durante el fin de semana del Memorial Day en 2019, alegaron censura de parte de la ciudad cuando la autoridad local ordenó retirar un retrato de Raymond Herisse, de 22 años, que murió en un tiroteo en South Beach en 2011.

Pero la ciudad se defendió afirmando que retiró el retrato del vecino de Boynton Beach —que murió en una lluvia de 116 balas que hirió a cuatro transeúntes— porque era “divisivo” e “inexacto”. Así, la jueza federal de distrito, Marcia Cooke, falló el martes 31 de marzo reciente a favor de la ciudad, concluyendo que toda la feria de arte —y, por extensión, el retrato de Herisse— constituía “discurso gubernamental”.

La argumentación señalo que «la ciudad y los artistas firmaron un contrato en que se establecía que todas las instalaciones artísticas estarían sujetas a la aprobación de la ciudad. La ciudad alquiló el espacio de la galería y pagó $85,000 a los artistas del evento».

Los cuatro artistas y curadores que demandaron a la ciudad hace dos años, en 2020 —Jared McGriff, Octavia Yearwood, Naiomy Guerrero y Rodney Jackson— señalaron en documentos judiciales que «no creían haber dado a la ciudad la autoridad para vetar sus “elecciones artísticas” y que nunca habrían aceptado eso si la ciudad exigía ese poder».

Prejuicio y justicia

El Nuevo Heraldo indica que Rodney Jackson, el artista que está detrás del vinilo en la pared “Memorial for Raymond Herisse”, dijo cuando presentó su demanda que no entendía cómo la ciudad podía retirar su obra. “Creo que el sur de la Florida, y Miami específicamente, está tan acostumbrado a que los jóvenes afroamericanos sean criminalizados en las noticias de la noche que la simple imagen de un joven afroamericano es criminal”, dijo.

La madre de Herisse, Marcelline Azor, y los transeúntes heridos en el tiroteo llegaron a acuerdos legales con las ciudades de Miami Beach y Hialeah. Ningún agente fue acusado penalmente en el caso, pero el tiroteo condujo a un cambio de política que ahora prohíbe a los agentes disparar contra un vehículo en movimiento a menos que alguien en el interior dispare primero o muestre un arma.

“Podrían darme millones y millones de dólares, pero no hubo justicia”, dijo Azor en 2016. “Nadie fue a la cárcel. Nadie fue castigado”, concluye la información.

El Hyundai Sonata de Raymond Herisse, marcado por las balas de la policía y los daños causados por las numerosas colisiones al huir a toda velocidad de los agentes. MIAMI-DADE STATE ATTORNEY’S OFFICE

Abogado defensor buscará apelación

El Nuevo Herald relata que Alan Levine, abogado que representa a los artistas, dijo que, independientemente del fallo judicial, cree que «la ciudad censuró injustamente la expresión artística», añadiendo que  «discutirá la posibilidad de una apelación con sus clientes».

“La ciudad de Miami Beach no debería sentirse satisfecha con esta decisión”, declaró Levine en un comunicado. “Aunque el tribunal dictaminó que la ciudad actuó dentro de su autoridad legal al retirar el retrato de Raymond Herisse –otro hombre afroamericano que fue víctima de un disparo de la policía–, el hecho es que lo que hizo la ciudad fue un acto de censura política”.

De los más de 100 disparos lanzados por la Policía de Miami Beach y Hialeah, Herisse recibió 16 impactos. La policía dijo que condujo en dirección contraria en Collins Avenue y golpeó a un oficial en bicicleta, casi chocando con otros oficiales. El informe de la autopsia mostró que el nivel de alcohol en sangre de Herisse era el doble del límite legal para conducir.  Los testigos dijeron que la policía siguió disparando incluso después de que Herisse detuviera su coche.

Según el periódico, el evento Reframe Miami Beach pretendía suscitar conversaciones sobre la raza y la inclusión, en medio de las quejas que genera el manejo de las multitudes de turistas afroamericanos que visitan South Beach.

Pero la obra de arte –que representaba a Herisse con un halo y contenía una leyenda sobre el tiroteo y la denuncia del racismo en la policía– no era “coherente” con el objetivo de la ciudad para el evento, dijo la ciudad en documentos judiciales.