Esta es la primera gran muestra del Expresionismo Abstracto estadounidense organizada en Europa desde 1959
El Museo Guggenheim Bilbao presenta Expresionismo Abstracto, una ambiciosa selección de obras de los artistas que protagonizaron un giro radical y una etapa de nuevo esplendor de la pintura en el Nueva York de la década de 1940. Jackson Pollock, Mark Rothko, Willem de Kooning, Robert Motherwell, David Smith o Clyfford Still son algunos de los artistas presentes en esta muestra que reúne más de 130 pinturas, dibujos, esculturas y fotografías procedentes de colecciones públicas y privadas de todo el mundo. La exposición arroja una nueva luz sobre el Expresionismo Abstracto, un fenómeno diverso Y complejo.
Breve historia del Expresionismo Abstracto
París fue durante siglos el epicentro del arte, pero en las décadas de 1940 y 1950 surgió un nuevo movimiento que situó a EEUU en el centro de la escena. Caracterizado por enormes pinturas abstractas realizadas al óleo y llenas de emoción, el Expresionismo Abstracto convirtió rápidamente a Nueva York en la capital del mundo del arte. Este fenómeno, que se desarrolló justo después de la Gran Depresión y durante la Guerra de Vietnam, coincidió con la transformación de EEUU en superpotencia global dominante. “En la confianza y libertad de expresión del Expresionismo Abstracto hay una sensación muy americana”, afirma Edith Devaney, comisaria de la exposición.
El Expresionismo Abstracto tiene una gran deuda con la tradición moderna europea. Su interés por las formas de creatividad espontáneas, automáticas o inconscientes es una herencia directa del Surrealismo. Además, las obras de Pablo Picasso se consideraron un referente al que aspiraba el Expresionismo Abstracto. Naturalmente, EEUU tenía una larga historia de emigrantes procedentes de Europa y el caso del Expresionismo Abstracto no fue una excepción: el pintor Hans Hofmann nació en Alemania; Willem de Kooning se formó en los Países Bajos; incluso la propia denominación “Expresionismo Abstracto” se empleó por primera vez en Alemania en 1919 para describir el Expresionismo alemán, y no se aplicó a la nueva oleada de artistas americanos hasta 1946.
En general, los historiadores del arte han tendido a dividir el Expresionismo Abstracto en dos categorías. La primera de ellas se conoce como “pintura de acción”. La pintura de acción, entre cuyos máximos exponentes se encuentra Jackson Pollock, junto con Willem de Kooning y Franz Kline, se caracteriza por considerar la pintura como acto de creación dinámico.


Los primeros años del Expresionismo Abstracto reflejan la época adversa en la que surge el movimiento, marcada por las dos Guerras Mundiales o la Gran Depresión, como se aprecia en los tenebrosos esqueletos de la serie de Jackson Pollock.

Willem de Kooning confiere una sensibilidad subjetiva a motivos abstractos , mientras que William Baziotes, Gerome Kamrowski y Pollock presentan en la obra que hicieron en colaboración a otra tendencia en auge, que consistía en permitir que la pintura fluyera casi a su antojo.
En el extremo opuesto se halla lo que el crítico Clement Greenberg describió como “pintura de campos de color”, en la que se emplean grandes superficies de colores aplicados de manera más plana, como ejemplifican artistas como Mark Rothko, Clyfford Still y Barnett Newman.