Bajo la dirección editorial de Horacio Fernández y en más de 300 páginas, el «Fotolibro Chileno» aborda un área amplia y poco explorada de la realidad nacional recogida e investigada por cuatro equipos que asumieron mismo número de temas.
Carla Möller y Luis Weinstein abordaron el trabajo como series de fotografías donde hay un autor o autora y un o una fotógrafa. Jorge Gronemeyer y Emiliano Valenzuela se abocaron a la década de los 70, con libros a favor y en contra del poder establecido. Horacio Fernández y Carlos Montes de Oca investigaron fotolibros ligados a la literatura, mientras Andrea Jösch y Sebastián Valenzuela-Valdivia trabajaron el tema del fotolibro de artista.
El Fotolibro Chileno es casi una monografía, un compilado del tema, sin grandes afanes académicos. El libro parte con Vistas del terremoto -16 de agosto de 1906- de J. W. Hardy, dando no solo de un sismo que marcó al puerto y el país, sino un fenómeno que es parte de nuestra identidad, abordando el tema desde instituciones y poderes.
Sigue con La Tierra del Fuego pintoresca, del misionero salesiano Alberto María de Agostini, donde captura paisajes y ordenados grupos de Selk´nam. Otro vacío tan propio nuestro. Y luego Chile de Robert Gerstmann, Pablo Neruda (España en el Corazón), silabarios, La senda del sacrificio (dedicado a los jóvenes -golpistas- del Movimiento Nacional Socialista asesinados por Carabineros en el Seguro Obrero) y libros de poesía, terremoto de 1960, Sergio Larraín.
Luis Gallardo, de Arte y Cultura de Bio Bio, indica que recorrer en la revisión al Fotolibro Chileno «es muy probable encontrarse con libros que estaban en casa de los padres o abuelos, en librerías o locales de libros usados. Como los libros de editorial Quimantú “Así trabajo yo”, Versos de Nicanor Parra (con foto de Daniel Vinett y diseño de Fernán Meza), Chile Ayer Hoy (Editora Nacional Gabriela Mistral, sin autores reconocibles), La Nueva Novela de Juan Luis Martínez (versión original o reedición), El Paseo Ahumada (con texto de Enrique Lihn, fotografía de Paz Errázuriz y Marcelo Montecino y diseño de Oscar Gacitúa) o La Manzana de Adán (Fotografías de Paz Errázuriz, texto de Claudia Donoso, edición de Juan Andrés Piña).
La lista se completa con trabajos de Mauricio Valenzuela (con textos de Claudio Bertoni), Lotty Rosenfeld, Leppe, Carlos Altamirano, Eugenio Dittborn, Hernán Meschi, Inés Paulino, Enrique Zamudio, Marcela Serrano y un largo etcétera. Se trata, señala Gallardo, de una mirada con «fortalezas y debilidades, creatividad y torpezas, la precariedad que no impide mostrar y reflejar distintos momentos del país. Con sus sueños, dolores y brutalidad. Un trabajo que pone en valor grandes esfuerzos y creatividad. Estimula e invita a conocer, a buscar, a saber más». (Fuente Bio Bio)


