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Probablemente, dada su permanente exposición a la vista de miles de visitantes del lugar, una obra maestra del artista chileno Roberto Matta pasa inadvertida para quienes circulan entre el Museo y los cafés del área. Pero ahí está desde hace más de dos décadas dando valor y embelleciendo la singular plaza Mulato de Gil en el centro de Santiago a solo unas cuadras del GAM.

Se trata de «La debutante», un mural que fue adquirido por los fundadores del Museo de Artes Visuales (MAVI), Manuel Santa Cruz y Hugo Yaconi, especialmente pedido para engalanar la maciza muralla de concreto que conforma parte de la fachada de la corporación.

El trabajo fue realizado en 1995 en el Taller de Arte Gatti de Faenza, Italia y estó compuesto por 135 placas de cerámica, con figuras sobre y bajo relieve, sobre un fondo azul. En su parte central presenta una mágica imagen totémica, en torno a la cual se danzan figuras con órganos femeninos y masculinos.

«La Debutante» es uno de los pocos murales en cerámica que Matta realizara durante el último período de prolongada actividad creativa artística, convirtiéndose en un hito urbano que turistas nacionales y extranjeros visitan, pero que muchos de quienes pasean por el lugar se pierden en su magistral presencia.