Eduardo Vilches Prieto (Concepción, 12 de diciembre de 1932) artista visual chileno, ganador del Premio Nacional de Artes Plásticas del año 2019.
Inició su incursión en la producción artística de manera autodidacta en su ciudad natal, realizando sintéticos dibujos de paisajes para luego trasladarse a Santiago a trabajar de oficinista, aunque en 1958, gracias a la invitación que le extendiera Nemesio Antúnez, se integró al Taller 99, donde tuvo la oportunidad de instruirse en las distintas técnicas de grabado.
Pese a que nunca prosiguió una carrera artística formal, se ocupó de perfeccionar sus conocimientos tanto prácticos como teóricos. Estudió pintura con Gregorio de la Fuente y participó como alumno libre en talleres de la Escuela de Arte de la Universidad Católica de Chile. En ese contexto conoció a Sewell Sillman (1924-1992) profesor visitante de la Universidad de Yale, Estados Unidos -ayudante y discípulo del connotado artista bauhaus Josef Albers (1888-1976)- quien sugirió a Vilches postular a la Beca Fulbright para proseguir sus estudios en esa universidad, la que se adjudicó en 1960.
A su regreso al país, en 1961, se integró como ayudante de la cátedra de dibujo que dictaba Roser Bru en la Universidad Católica, relevándola luego en dicha labor. En 1962 creó el curso de Color -una adaptación del diseñado por Albers- que significó un aporte a la transformación de la enseñanza de las artes visuales en Chile. En la misma casa de estudios se hizo cargo de la línea de grabado, implementando un curso de historia de la disciplina y desarrollando talleres avanzados en distintas técnicas. Complementariamente, y en el marco de la Reforma Universitaria iniciada a fines de los años 60, el artista efectuó cursos de grabado para niños en la población Víctor Domingo Silva, los que se llevaron a cabo por tres años consecutivos, hasta el golpe de estado de 1973.
Durante los 60 y 70 participó en muestras de arte y grabado dentro y fuera del país, destacando la II Bienal de Grabado en Cracovia, Polonia (1968), las distintas versiones de las bienales americanas de grabado realizadas en Santiago de Chile (1963-1970) y la Segunda Bienal de San Juan del Grabado Latinoamericano en Puerto Rico (1972). En estas muestras, el artista obtuvo reconocimiento local e internacional, cuestión que se consolidó en las décadas posteriores.
Ha recibido el reconocimiento de sus pares en Chile, otorgándole en varias ocasiones el Premio Altazor (2008, 2011 y 2012), y fue homenajeado en 2006 por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes y en 2019 recibió el Premio Nacional de Arte.
Vilches ha desarrollado su obra principalmente en grabado, de manera específica en xilografía. En ese medio, experimentó con formas sintéticas, que se nutrían algunas veces de elementos formales presentes en la cultura popular. Asimismo, en sus obras el uso del color es acotado, produciendo imágenes monocromas de alto contraste (blanco y negro) y otras donde se aprecia la intervención de pigmentos como el azul.

Y aunque la depuración formal ha sido un elemento clave en su propuesta, el trabajo de Vilches no llega a ser abstracto, manteniendo siempre un contacto figurativo, que vuelve sobre temas cotidianos, sencillos y familiares.
A partir de los 70, el artista comenzó a indagar las posibilidades de la serigrafía, procedimiento que le otorgaba más rapidez al proceso de impresión de imágenes. En esa técnica produjo su serie Retratos (1974), donde siguió estudiando las interacciones entre color y forma. En el transcurso de los años 80, dejó completamente el grabado para dedicarse de lleno a la fotografía, medio sobre el cual han versado sus recientes exposiciones.
Ha dedicado buena parte de su labor a la enseñanza del arte, siendo ampliamente reconocido por estudiantes de distintas generaciones. En el marco de sus talleres dictados en la Escuela de Arte de la Universidad Católica durante los 80, sus alumnos Carlos Gallardo, Arturo Duclos, Mario Soro, Silvio Paredes (1960-) y Rodrigo Cabezas, entre otros, produjeron lo que la crítica e historiografía del arte local denominó los «desplazamientos del grabado»: propuestas que desbordaban la noción tradicional de grabado y ensayaban nuevas posibilidades para la práctica en el contexto del arte contemporáneo.
Asimismo, el curso de Color tuvo una buena recepción en varios de sus estudiantes que iniciaron su carrera artística en la década de los 90, como Mario Navarro, Mónica Bengoa, Carlos Navarrete y Cristián Silva Soura. Por su labor docente, Vilches fue reconocido en 1999 con el grado de Profesor Emérito de la Pontificia Universidad Católica de Chile. También ha realizado docencia en la Universidad de Chile y en la Universidad Finis Terrae. El artista reside en Santiago, Chile.
