El diario ‘La Repubblica’ de Italia informó recientemente sobre el descubrimiento de una presunta “Gioconda” en Roma, titulando “Roma descubre que tiene La Gioconda, estaba escondida en un depósito en Montecitorio: Podría ser de Leonardo”.
La información suscitó inmediatas reacciones entre los especialistas y aficionados que se dividieron entre quienes vieron “la mano de Leonardo” en ella y aquellos que se inclinaron por la versión de una “copia”.
Según informa el diario español ABC, el parlamentario Francesco D’Uva del Movimiento 5 Estrellas, con función notarial en la Cámara de diputados, declaró a La Repubblica que “Es una copia del cuadro del Louvre, realizada en el taller de Leonardo, quizás incluso con su propia colaboración”, pues, los análisis realizados durante una reciente restauración del lienzo habrían confirmado su datación en la primera mitad del siglo XVI (Leonardo murió en 1519).
Pero el corresponsal de ABC en Roma, Ángel Gómez Fuentes señala que, “en realidad, no hay ningún descubrimiento. La pintura se conoce desde hace algún tiempo. LaMona Lisa romana pertenecía a la familia Torlonia”.
Por de pronto, en la propia la web parlamentaria sobre el arte en la Cámara existe una ficha del lienzo que describe la obra como “una pintura que aspira a replicar diligentemente su modelo”, la Gioconda de París.
Los historiadores de arte Antonio y Maria Forcellino subrayaron su calidad en su aportación al catálogo de una exposición romana sobre Leonardo da Vinci celebrada en 2019,.
Según ellos, características del paisaje y algunas veladuras “son de una transparencia que recuerda con precisión la técnica de ejecución de Leonardo en la pintura del Louvre; la técnica pictórica es tan refinada que sugiere que Leonardo mismo puso su mano en la definición del claroscuro del rostro”.
El exsuperintendente de Roma, Claudio Strinati, historiador del arte, en cambio, se mantiene equidistante, señalando que “La opinión de Forcellino es legítima y también es plausible que sea una obra del taller de Leonardo”, aunque no ve huella del genio en ella: “En mi opinión -dice- es una pintura de mediana calidad que no parece denotar la impronta de una excelente mano como la de Leonardo”.
Más rotundo es el crítico e historiador del arte, Vittorio Sgarbi, actualmente senador italiano, que afirma taxativo que “es solo un modesto lienzo. No es una segunda Mona Lisa ni una obra maestra; en todo caso, podría servir como decoración”. Y agrega que la copia “fue pintada al menos 70 años después de la muerte de Leonardo y no tiene valor artístico”.

Una historia de 500 años
La “gemela” romana tampoco es desdeñable: tiene una historia de luces y sombras que abarca un periodo de unos 500 años.
Según ABC, el primer rastro público data de 1892, cuando llegó a la Galería Nacional de Arte Antiguo de Roma, procedente de la colección Torlonia, en cuyos inventarios está documentado el cuadro desde 1814; de ahí el nombre de “Gioconda Torlonia”.
A su turno, la citada Galería Nacional de Arte dejó la pintura en depósito a Montecitorio en 1927.