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A partir del 23 de julio. en el Museo de Arte de Cincinnati  se comenzará a exhibir una de las más interesantes obras del arte budista conocidas como «espejos mágicos», uno de los cuales fue descubierto en las bodegas del museo en Ohio y cuya característica es que hecha brillar con una luz fuerte y enfocada en el espejo, emergen de ellos figuras escondidas en su textura.

La historia del espejo de Ohio, relatada por CNN, señala que en medio de los miles de tesoros de la colección de arte de Asia oriental del Museo de Arte de Cincinnati, había un pequeño espejo de bronce que data del siglo XV o XVI que siempre había parecido bastante anodino.

Expuesto por última vez en 2017, este artefacto había pasado gran parte de las décadas anteriores almacenado en un estante de la trastienda junto con otros objetos excluidos de la exhibición pública. Pero el artefacto contenía un secreto escondido a simple vista.

Mientras investigaba los llamados «espejos mágicos», Hou-mei Sung, curadora de arte de Asia oriental del museo,  vio algo parecido a los ejemplos del período Edo de Japón.

El artículo era más pequeño que los que se encuentran en museos de Tokio, Shanghai y Nueva York y presentaba un estilo más complejo de escritura china. Sin embargo, Sung recordó que había algo «muy similar» al respecto, razón por la que la primavera de 2021, visitó las bodegas del museo acompañada por una experta en conservación. «Le pedí que hiciera brillar una luz fuerte y enfocada en el espejo», dijo Sung en una videollamada desde Cincinnati. «Entonces, ella usó (la linterna de) su teléfono celular y funcionó».

En la pared frente a ellas emergió de la textura en la luz reflejada una imagen difusa, pero suficiente para justificar mayor investigación. Luego de experimentos con luces más potentes, el espejo finalmente reveló la imagen de un buda y rayos de luz que emanaban de su forma sentada. La inscripción en la parte posterior del espejo nombra como Amitabha la figura representada, un importante maestro en varias escuelas del budismo de Asia oriental. (en la fotografía principal)

El descubrimiento convierte así al museo en uno de los pocos en el mundo que posee un espejo mágico, pues, según Sung, se tiene conocimiento de otros tres, incluido el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York

Previo a la invención de los espejos de vidrio actuales, culturas de todo el mundo usaban el bronce pulido con igual propósito, desde el antiguo Egipto hasta el valle del Indo. El antiguo arte de los espejos mágicos chinos se desarrolló durante la dinastía Han, hace unos 2.000 años. Tiempo más tarde la técnica se aplicó y desarrolló también en en Japón.

Según un artículo en la revista Courier de la Unesco, para crear el efecto misterioso, los artesanos comenzaron moldeando imágenes, palabras o patrones en un lado de una placa de bronce. Los científicos estiman que luego rascaron y rasparon la superficie plana del otro lado, antes de pulirla, hasta que se volvió reflectiva como espejo convencional. Debido a que la placa tenía un grosor variable, tras diseño en relieve el proceso suscitó cambios leves en la curvatura en el lado reflejado, aparentemente en blanco. Luego se usó una sustancia en base a mercurio para crear tensiones superficiales adicionales invisibles a simple vista, pero que coincidían con los patrones elaborados en la parte posterior,

Cuando la luz del sol golpea la superficie reflectiva en ciertos ángulos, se revela una imagen oculta, que coincide con el diseño en la parte posterior, dando la ilusión de que la luz esta pasando directamente a través del espejo. Por tal razón, en chino se les conoce como espejos «transparentes» o de «penetración de luz». Sin embargo, señala CNN, en el caso del Museo de Arte de Cincinnati, probablemente una segunda placa de metal se soldó en la parte posterior, dejando el Buda en relieve original oculto en el interior.

Los espejos desconcertaron a los científicos occidentales que los encontraron en el siglo XIX. Y si bien su óptica ahora se comprende ampliamente, Sung dijo que los expertos aún no saben con precisión cómo los artesanos trabajaron el metal.

El espejo, que data del siglo XV o XVI, probablemente estaría colgado en un templo o casa noble. (Crédito: Rob Deslongchamps/Museo de Arte de Cincinnati)

Una segunda placa de bronce, que está marcada en la parte posterior con el nombre de Buda Amitabha, que se cree fue soldado, oculta la imagen del Buda. (Crédito: Rob Deslongchamps/Museo de Arte de Cincinnati)

Solo 21,6 cms de diámetro

El espejo del museo tiene 21,6 centímetros de diámetro y probablemente se usó como adorno religioso, pudiendo haber estado colgado en un templo o en una casa noble. El museo aún debe descifrar si se originó en China o Japón, aunque Sung cree que lo más probable es que sea el primero.

El objeto se registró por primera vez en la colección de arte asiático del museo en 1961, aunque el curador cree que pudo haber sido adquirido mucho antes. También sospecha que otras instituciones y coleccionistas tienen espejos mágicos, pero no se han percatado. «Encontré muchos en las subastas en línea que tienen un diseño similar al nuestro, pero (las listas de subastas) nunca dicen que son espejos mágicos», dijo la experta, y agregó: «Creo que podría haber algunos espejos mágicos por ahí y que la gente ni siquiera sabe que son mágicos».