En mayo próximo la poeta y artista, Cecilia Vicuña, cineasta y eco-activista chilena, presentará en el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) su muestra “Soñar el agua. Una retrospectiva del futuro (1964-2023)”.
El público podrá ser parte de ella llevando objetos o fragmentos pequeños y livianos de cualquier material -industrial, natural, vegetal o lana- para colaborar en la creación de las obras «Quipu menstrual» (elementos de color rojo, en todas su variedades) y «Quipu semiyo» (restos de plantas, semillas o raíces). Deben llegar secos y limpios.
Los días de recepción son los jueves, viernes y sábado, de 14:00 a 17:00 h. El plazo finaliza el 1 de abril.
Con casi 60 años de labor ininterrumpida, la poeta, artista visual y activista feminista chilena Cecilia Vicuña, primera mujer artista latinoamericana en recibir el León de Oro a la Trayectoria en la 59° Bienal de Arte de Venecia, presenta la exposición Soñar el agua. Una retrospectiva del futuro (1964 – 2023), entre mayo y septiembre de 2023, dando cuenta de su obra como una forma de accionar político y medioambiental.
La muestra, que cuenta con el apoyo del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, presenta una propuesta contemporánea frente a las problemáticas actuales de Chile y el mundo, de una de las artistas nacionales con mayor reconocimiento a nivel internacional.
Con la selección del curador Miguel A. López, contempla alrededor de 200 piezas, obras pertenecientes a colecciones públicas y privadas, archivo, documentación, así como obras realizadas específicamente para la muestra en el MNBA. Esta muestra se constituye en una retrospectiva que abarca 60 años de trayectoria y creación sostenida y se plantea como un proyecto itinerante que comienza en su país natal, para posteriormente circular hacia el Malba de Buenos Aires y la Pinacoteca de Sao Paulo.
Fernando Pérez, director MNBA. dijo que “Es una muestra pensada para el museo y con proyección internacional. Una artista como Cecilia Vicuña se ha movido con comodidad entre la poesía y el arte, con un oído siempre atento a la realidad y sus demandas. Es entonces apropiada como contribución decisiva a la reflexión que nuestra sociedad requiere acerca de un momento particularmente crítico de su historia”, explica
La curaduría subraya Soñar el agua como punto de partida la justicia ecológica y la urgencia de responder ante la destrucción del planeta manifestada en la desertificación de la tierra, incendios en los bosques y desaparición de los glaciares.
Otro componente importante es el entendimiento de su obra como acción en donde el acto creativo convoca nuevas formas de participación e intercambio. Así también, se subraya lo táctil y la relación palabra/tejido como un posicionamiento político ante el mundo, pero también como una manera de responder a los efectos emocionales de la pandemia, invitándonos a pensar nuestro propio sentido de interconexión con otros, con la tierra, con el cosmos. La muestra evidencia el compromiso permanente de la artista con temas que abarcan desde el erotismo, el activismo feminista, los legados coloniales, las luchas de liberación, la fuerza del pensamiento indígena y la devastación ambiental.
“La exposición es una especie de retrospectiva del futuro de mi obra. No solamente del pasado y del presente, sino de lo que mi obra puede ser ya regalada a la vida, a la cultura de Chile. Es una invitación a participar en la transformación de nuestra realidad para parar la destrucción del medioambiente”, señala Cecilia Vicuña.
La artista concibe lo educativo como un aspecto fundamental y transversal a su obra y la exposición y sus múltiples dinámicas. En este contexto, se desarrollará un programa de mediación y educación orientado a diversos públicos y comunidades.
Cecilia Vicuña (Santiago de Chile, 1948). Artista visual y poeta radicada en Nueva York. La práctica artística y poética denominada por la artista como “lo precario”, es creada a mediados de la década de 1960 vinculada a la escritura poética, la perfomance y las artes visuales. Su obra es considerada una visión anticipada ecofeminista y decolonizadora.
En los últimos años ha expuesto en Documenta 14, Kunstinstitutt Melly (ex Witte de With), Center for Contemporary Art de Rotterdam, Países Bajos; MUAC de México; CA2M de Madrid, ciudad donde recibe el Premio Velásquez; el Museo de Arte Miguel Urrutia (MAMU) del Banco de la República de Bogotá, Colombia; el Museo Guggenheim de Nueva York, el MoMA Museum of Modern Art de Nueva York, MALBA de Buenos Aires y Pinacoteca de Sao Paulo y la 59ª Bienal de Venecia donde ha recibido el León de Oro como reconocimiento a la trayectoria.
La muestra está dividida en siete secciones, la última de las cuales invita a la participación de las personas en el desarrollo de la obra:
- Palabrarmas. Exploración de los vínculos entre la conciencia y la palabra. Esta sección propone una selección de sus adivinanzas producidas a fines de los sesenta, y sus Palabrarmas producidas desde 1973 hasta el presente.
- Semiya. Reforestación, justicia ecológica, relaciones entre distintas especies. Reunión de obra creada entre 1970 y el presente que explora la relación con las semillas, el medio ambiente, la naturaleza y las relaciones entre múltiples formas de vida.
- Quipu. Memoria andina y epistemología indígena, unión del cuerpo y el cosmos. Diversas manifestaciones del quipu y múltiples diálogos y encuentros con el pensamiento andino e indígena de América, trazando un recorrido desde los sesenta al presente.




- Diario estúpido. Escritura, poesía, pinturas-poemas. Sección que reúne su trabajo de escritura temprana iniciado a mitad de los sesenta: Tribu No, poesía-acción, pinturas-poemas.
- Nuevos corazones. Teatro participativo con niños para televisión, formas experimentales de creación colectiva realizadas como una forma de modelar nuevos corazones que no admitan la injusticia.
- La escuela del oír. La no educación; no impartir sino hacer nacer conocimiento. Conocer es ser con: la interrelación y el estar juntos.
- Basuritas. Los precarios, la contaminación, la privatización de los recursos y la vida. Desenterrar los significados y las fuerzas de aquellos elementos marcados como descartables por las lógicas del consumo y lo lucrativo. (Fuente: MNBA)